martes, 31 de marzo de 2009

La magdalena de Proust


"Y muy pronto, abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva de otro triste día tan melancólico por venir, me llevé a los labios una cucharada de té en la que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal. ¿De dónde podría venirme esa alegría tan fuerte? Me daba cuenta de que iba unida al sabor del té y del bollo, pero le excedía en mucho, y no debía ser de la misma naturaleza. ¿De dónde venía y qué significaba? ¿Cómo llegar a aprehenderlo? Bebo un segundo trago, que no me dice más que el primero; luego un tercero, que ya me dice un poco menos.
[...]Vuelvo con el pensamiento al instante en que tomé la primera cucharada de té, y me encuentro con el mismo estado, sin ninguna claridad nueva. Pido a mi alma un esfuerzo más que me traiga otra vez esa sensación fugitiva.
[...]Y luego, por segunda vez, hago el vacío frente a ella, vuelvo a ponerla cara a cara con el sabor aún reciente del primer trago de té y siento estremecerse en mí algo que se agita, que quiere elevarse, algo que acaba de perder ancla a una gran profundidad, no sé el qué, pero va ascendiendo lentamente; percibo la resistencia y oigo el rumor de las distancias que va atravesando.
[...]Y de pronto el recuerdo surge. Ese sabor es el que tenía el pedazo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de mojado en su infusión de té o de tila, los domingos por la mañana en Combray.
[...]Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan comienzan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfeas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y el Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té."

miércoles, 25 de marzo de 2009

Oración

Como en alguna ocasión me habréis oído decir uno de mis escritores favoritos es el donostiarra Fernando Savater. En cierta ocasión, Guillermo Cabrera Infante, autor cubano ya fallecido, escribió que Savater era el mejor prosista vivo en castellano. Aunque este tipo de afirmaciones son siempre un poco aventuradas me atrevería a suscribir su opinión. El caso es que a Savater debo agradecer el heberme conducido a innumerables lecturas, entre otras a la de un escritor francés del que, para deleite de las masas, paso a transcribir esta hermosísima "oración" que figura en su "Tratado sobre la tolerancia", un libro escrito cuando la intolerancia de algunos te podía llevar fácilmente a presidio.
Dejo para los más curiosos adivinar la identidad del susodicho escritor.


"Ya no es por lo tanto a los hombres a los que me dirijo, es a ti, Dios de todos los seres, de todos los mundos y de todos los tiempos: si está permitido a unas débiles criaturas perdidas en la inmensidad e imperceptibles al resto del universo osar pedir­te algo, a ti que lo has dado todo, a ti cuyos decretos son tan inmutables como eternos, dígnate mirar con piedad los errores inherentes a nuestra naturaleza; que esos errores no sean cau­santes de nuestras calamidades. Tú no nos has dado un corazón para que nos odiemos y manos para que nos degollemos; haz que nos ayudemos mutuamente a soportar el fardo de una vida penosa y pasajera; que las pequeñas diferencias entre los vesti­dos que cubren nuestros débiles cuerpos, entre todos nuestros idiomas insuficientes, entre todas nuestras costumbres ridícu­las, entre todas nuestras leyes imperfectas, entre todas nuestras opiniones insensatas, entre todas nuestras condiciones tan des­proporcionadas a nuestros ojos y tan semejantes ante ti; que todos esos pequeños matices que distinguen a los átomos lla­mados hombres no sean señales de odio y persecución; que los que encienden cirios en pleno día para celebrarte soporten a los que se contentan con la luz de tu sol; que aquellos que cubren su traje con una tela blanca para decir que hay que amarte no detesten a los que dicen la misma cosa bajo una capa de lana negra; que dé lo mismo adorarte en una jerga formada de una antigua lengua o en una jerga más moderna; que aquellos cuyas vestiduras están teñidas de rojo o violeta, que mandan en una pequeña parcela de un pequeño montón de barro de este mundo y que poseen algunos fragmentos redondeados de cier­to metal, gocen sin orgullo de lo que llaman grandeza y riqueza y que los demás los miren sin envidia: porque Tú sabes que no hay en estas vanidades ni nada que envidiar ni nada de que enorgullecerse.¡Ojalá todos los hombres se acuerden de que son herma­nos! ¡Que odien la tiranía ejercida sobre sus almas como odian el latrocinio que arrebata a la fuerza el fruto del trabajo y de la industria pacífica! Si los azotes de la guerra son inevitables, no nos odiemos, no nos destrocemos unos a otros en el seno de la paz y empleemos el instante de nuestra existencia en bendecir por igual, en mil lenguas diversas, desde Siam a California, tu bondad que nos ha concedido ese instante."

martes, 24 de marzo de 2009

sábado, 21 de marzo de 2009

Superpregunta

A un filósofo austríaco, discípulo de Bertrand Russell, y posteriormente nacionalizado británico se le atribuyen al morir en 1951 las siguientes palabras: "Diles que mi vida fue maravillosa". Ese filósofo, no obstante, participó en la Primera Guerra Mundial y vio cómo tres de sus hermanos se suicidaban. De una de sus hermanas hizo un cuadro precioso otro pintor austríaco en 1905 con motivo del día de su boda. El cuadro más famoso de ese pintor se llama "El beso". Ahora vienen las preguntas: ¿quién es el filósofo del que hablamos? ¿cuál es su único libro publicado en vida? ¿quién es el pintor? ¿en qué galería se expone "El beso"?

lunes, 16 de marzo de 2009

jueves, 12 de marzo de 2009

Héroes

Según parece, los viejos héroes están de capa caída. Ulises, Atlas o Gilgamesh han envejecido de mala manera y sus admiradores han decredido considerablemente. Bien es verdad que los jóvenes de ahora los han sustituido por otros más modernos: Superman, Batman, etc. A esta conclusión llega el escritor Enrique Gracia Trinidad en su hermoso poema "Crónica de los héroes". En la clase de 2º A lo hemos leído y como es largo no voy a reproducirlo aquí, aunque basta pinchar sobre el título para acceder a él. Pedí a mis alumnos que hicieran una presentación powerpoint en la que se hablara brevemente de cada uno de los personajes que aparecían en el poema. Aquí tenéis una de esas presentaciones. No será la última.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Collige, virgo, rosas

Aquí os dejo un ejemplo de cómo un poeta moderno, Luis Alberto de Cuenca, retoma el viejo asunto del "Collige, virgo, rosas", tan tratado por nuestros poetas renacentistas (ya sabéis, Garcilaso y demás) y lo adapta a la actualidad con excelentes resultados.
Por otra parte, si pincháis aquí podréis escuchar al propio Luis Alberto de Cuenca recitando su poema "Bébetela", del que en alguna ocasión hemos hablado.
Por último, recomendaros otro delicioso poema de De Cuenca. En este caso se titula "El desayuno" y basta pinchar aquí para deleitarse con su lectura.
Luego dirán que la poesía no es actual. ¡Bah!

domingo, 8 de marzo de 2009

El Quijote en mp3

Para los listos, para los menos listos, para los de la ESO, para los del Bachillerato, para los que dejan las cosas para última hora, para los rápidos, para los que dicen que no les gusta leer, para quienes leen, para quienes les interesa la historia de Don Quijote, para quienes se aburren con sus hazañas, para los tradicionales, para los modernos, para todos ellos y para algunos más aquí os presentamos "El Quijote" en mp3.

viernes, 6 de marzo de 2009

Cualquier tiempo pasado no fue mejor


Leo, con gusto, al poeta Jaime Gil de Biedma. En 1959, hace ahora exactamente cincuenta años, escribía lo que más abajo transcribo. Desde luego, el tiempo parece no haber pasado desde entonces, o tal vez será que, como intuyó Nietzsche, el tiempo es cíclico y estamos condenados a un eterno retorno.

"Adelantaron
las lluvias, y el Gobierno,
reunido en consejo de ministros,
no se sabe si estudia a estas horas
el subsidio del paro
o el derecho al despido,
o si sencillamente, aislado en un océano,
se limita a esperar que la tormenta pase
y llegue el día, el día en que, por fin,
las cosas dejen de venir mal dadas."

(Por cierto, ¿a alquien se le ocurre quién puede ser el personaje que aparece en la imagen del comienzo de esta entrada? Por si puede ayudar os diré que el cuadro lo pintó Tiziano).